Por Juan Tomás Valenzuela
El gobierno de Medina
sacando la pata a tiempo,
se ha evitado un contratiempo
con la agenda citadina.
Si nos clavan esa espina
con el Pacto Migratorio,
los limites divisorios
entre nosotros y Haití,
volando cuál colibrí
lo va a cruzar un gentorio.
Nadie necesitó un pacto
para llenarnos de haitianos,
cogiendo cuarto a dos manos
sin el más mínimo tacto.
Busquen quien es el contacto
que permite en la frontera,
que pueda pasar cualquiera,
como quiera, libremente,
pero si es ajo, ni un diente
entra por la carretera.
Explíquenme si hubo un pacto
para que tó estos pitises,
atiborraos de lombrices
puedan llegar aquí intactos.
Yo me quedo estupefacto
cuando veo que desde Haiti,
ni la cerveza Prestige,
que es más buena que el carajo,
la dejan, igual que el ajo
entrar para este país.
¿Hay un Pacto Migratorio
para que la cocaina
pase por esa cortina
hacia nuestro territorio?
Yo veo más que frustratorio
que gobierno y empresarios,
pa’ no pagar el salario
que exige el dominicano,
engañen al pobre haitiano
trayéndolo a este calvario.
Yo no veo mal que el haitiano
venga aquí tras su comida,
lo malo es que se le impida
por un desprecio inhumano,
ganarse como un cristiano
el sustento familiar.
Que después de trabajar
como si fuera un esclavo,
no les quieran dar sus chavos
y lo intenten deportar.
Yo hace rato quiero un pacto
que impida que estos sicarios
asesinen el erario
con su accionar putrefacto.
Uno que cree un impacto
sobre la gente pensante,
que forme un bloque gigante
de grupos opositores,
que saque a estos malhechores
por perfidos y arrogantes.
Juan de los Palotes
4 diciembre 2018